Si mindfulness significa ser más consciente de tus pensamientos, entonces también se puede aplicar
fuera de la meditación y de la forma en que llevas el día. En este caso, la atención plena simplemente significa ser consciente de en qué te estás concentrando y de lo que estás pensando en un momento dado.
Esto es útil porque muy a menudo encontrarás que tu mente quizás no esté donde debería estar.
Por ejemplo, si estás caminando por un hermoso y pintoresco bosque pero estás pensando en
trabajo, entonces, en lo que respecta a tu cuerpo, también puedes estar en el trabajo. En este caso,
la atención plena se puede utilizar simplemente para volverse más consciente de dónde se encuentra y, de hecho,concéntrate en lo que te rodea. Eso significa sentir la brisa en la piel, mirar el
hermosas flores y oler el aire fresco. Cuando hagas todo eso, te beneficiarás mucho más de la experiencia.
Del mismo modo, puedes utilizar la atención plena para dirigir tu atención a todo tipo de cosas. Para, por ejemplo, tus sensaciones físicas. A menudo no somos conscientes de cómo estamos sentados, de cómo estamos parados o cómo nos sentimos.
Tómate un momento ahora mismo para reflexionar sobre esto. ¿Qué tan cómodo te sientes en este momento? ¿Te duele alguna parte del cuerpo? Si estás sentado, ¿dónde tienes más presión?
¿Sientes tu ropa contra tu cuerpo? ¿Qué tan cálido estás? etc.
Este tipo de atención plena puede ser útil si quieres intentar arreglar tu postura, pero también si
quieres mejorar tus habilidades en los deportes o simplemente moverte de manera más eficiente.
Ser más consciente de tu forma de hablar puede ayudarte a hablar con más elocuencia, a
dejar de usar palabras despectivas, dejar de decir palabrotas o cambiar completamente la forma en que la gente te percibe.
También puedes utilizar la atención plena para ser más feliz en la vida cotidiana. Simplemente puedes tratar de dejar que las emociones negativas te afectan identificándolas como temporales y destructivas. Puedes simplemente "notarte" que te estás enojando y reconoce que tus pensamientos se verán contaminados por eso.
Si practicas, esto puede convertirte en una persona mucho más tranquila y feliz.
Pero, ¿qué encuentras cuando intentas hacer esto?
Con toda probabilidad, descubrirás que lo olvidas. Esta es la misma manera en la que te olvidas de comprar pan cuando tu otra mitad te lo pide. Y es de la misma manera que te olvidas de recoger tu
llaves al salir de casa.
El punto es: la mayoría de las veces no tenemos control sobre en qué estamos enfocados o en qué estamos prestando atención. Y como tal, nos encontramos olvidando cosas, adquiriendo malos hábitos o haciendo hincapié en algo negativo cuándo deberíamos estar divirtiéndonos.
Por lo tanto, practicar mindfulness tanto como forma de meditación como durante el día puede ayudarte para mejorar tu capacidad de controlar tus pensamientos y así decidir cómo quieres
mejorarte a ti mismo y en qué quieres centrarte.
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